UN 21 DE MAYO DE 1879 SE GESTO LA MISTICA QUE PERMITIO LA VICTORIA EN LA GUERRA DEL PACIFICO.

En la rada de Iquique se enfrentaron las fuerzas enemigas el 21 de mayo de 1879 en dos combates conocidos como: “El Combate Naval de Iquique”, entre las embarcaciones la “Esmeralda” y el “Huáscar”, y “El Combate de Punta Gruesa”, al sur de Iquique, en el cual participaron la “Covadonga” y la “Independencia”. A la misma hora que el Huáscar hundía a la Esmeralda, la Covadonga capturaba a la Independencia.

Este hecho de armas creó una mística que acompañó a las fuerzas chilenas durante toda la Guerra del Pacífico, que permitió lograr la victoria final, a pesar de los inmensos sacrificios y penurias soportadas por nuestras tropas.

Se puede decir con propiedad que en Iquique se ganó la Guerra del Pacífico, a pesar que el fin de esta contienda se logró el 22 de octubre de 1883, cuando se firmó el tratado de Ancón con Perú y un año más tarde con Bolivia.

Estos 2 combates tuvieron su origen cuando a comienzos de la Guerra del Pacífico, el Almirante Juan Williams Rebolledo, Comandante en Jefe de la Escuadra chilena, se dirigió al puerto de El Callao, el 16 de mayo, para destruir allí a la escuadra peruana qué él suponía, se encontraba reparando sus buques. Con este objetivo zarpó de Iquique con prácticamente todos los barcos de algún valor con que contaba Chile al entrar al conflicto. 

Sin embargo, dejó en ese puerto, para mantener simbólicamente el bloqueo, 3 buques de madera: la corbeta Esmeralda, la goleta Covadonga, y el transporte Lamar que, por el estado en que se hallaban, eran incapaces de batirse con cualquiera de los barcos de la escuadra peruana.
Pero el mismo día 16 partió desde el puerto El Callao hacia Arica el Presidente peruano Manuel Prado, con su estado mayor, a bordo del Orolla, acompañado de Chalaco y de los blindados Huáscar e Independencia, embarcaciones recién reparadas y las más poderosas.

Ambas escuadras se cruzaron en altamar sin avistar una a la otra. En Arica el Presidente peruano supo que la Esmeralda, la Covadonga y Lamar se encontraban solas en Iquique y que de Valparaíso partía un convoy con 2 mil 500 hombres hacia Antofagasta, sin protección alguna.

Su plan era destruir con sus blindados a los tres buques que estaban en Iquique, y que después éstos cayeran sobre el convoy y, de paso, bombardearan las ciudades del norte de
Chile, para destruir la máquina resacadora de agua de Antofagasta, privando de ese elemento vital, a las tropas chilenas acantonadas allí.

Así y según lo planificado, el Presidente del Perú se quedó en Arica y los dos blindados partieron hacia el sur el 20 de mayo. El Huáscar estaba comandado por Miguel Grau Seminario y la Independencia por Guillermo Moore.

Aquel 21 de mayo de 1879, la “Esmeralda” al mando del Capitán Arturo Prat Chacón y “La Covadonga”, comandada por Carlos Condell de la Haya, se encontraban frente al puerto peruano de Iquique, mientras que el transporte “Lamar” se hallaba fondeado en la rada cerca de la isla. A las 6 horas y 30 minutos el vigía de la Covadonga gritó: “Humos al norte”. Entonces, Prat ordenó a Condell mantenerse en baja profundidad y al transporte “Lamar” abandonar la bahía y dirigirse al sur.

Grau, al avistar los buques chilenos izó las banderas de combate y dirigiéndose a su tripulación les dijo: “Tripulantes del Huáscar, ha llegado la hora de castigar al enemigo de la patria, y espero que lo sabréis hacer cosechando nuevos laureles y nuevas glorias dignas de brillar al lado de Junín. Ayacucho, Abtao, 2 de mayo. Viva Perú”.

Entretanto, en Iquique la población comenzó a aglomerarse en la playa, para presenciar la inminente captura de las débiles embarcaciones chilenas.

En esos momentos en la Esmeralda se formó la tripulación y  escuchó las siguientes palabras del Capitán Prat: “Muchachos, la contienda es desigual. Nunca se ha arriado la bandera y espero que no sea esta la ocasión de hacerlo. Mientras yo viva, esa bandera flameará en su lugar y si yo muero mis oficiales sabrán cumplir con su deber”. Luego se sacó la gorra, y batiéndola en el aire gritó “Viva Chile”.

Como si el destino quisiera dejar imborrablemente marcado este día para las Glorias de Chile, allí se reunieron cinco buques adversarios con cuyas iniciales se formó la palabra “CHILE”: “Covadonga”, “Huáscar”, “Independencia”, “Lamar” y “Esmeralda”.
En la rada de Iquique se enfrentó la “Esmeralda” con el “Huáscar”, conocido como “El Combate Naval de Iquique”, mientras la “Covadonga” y la “Independencia” salían de la rada, concentradas en su propia batalla, conocida como “El Combate de Punta Gruesa”.

A la misma hora que el Huáscar hundía a la Esmeralda con la bandera al tope, a las 12 horas 10 minutos, la Covadonga capturaba a la Independencia, en las rocas de Punta Gruesa.

El sacrificio de Prat y la tripulación de la “Esmeralda”, como el triunfo de los hombres que combatieron en la Covadonga, permitieron que el convoy transportando 2 mil 500 hombres enviados a Antofagasta, pudieran llegar a salvo a su destino y evitaron que la vital máquina resacadora de agua pudiera seguir haciéndolo, para abastecer al ejército chileno en campaña.

El periodista peruano Modesto Molina, terminó su relato para el periódico “El Comercio”, sobre el Combate de Iquique, con estas palabras: “El enemigo ha demostrado un heroísmo espartano en este combate, que no tiene parecido en la historia”.

A su vez, el “Time” de Londres decía: “Este es uno de los combates más gloriosos que jamás haya tenido lugar. Un viejo buque de madera, casi cayéndose a pedazos, sostuvo la acción durante tres horas y media contra una batería de tierra y un poderoso acorazado y concluyó con su bandera al tope”.

 

AGENCIA ORBE

 

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